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Hoy hablaremos de un estudio realizado por Nadja Affenzelelr (Universidad de Lincoln) que junto a otros investigadores aseguran demostrar que jugar, después del aprendizaje, mejora la memoria de los perros al día siguiente. Los científicos querían saber si este efecto, previamente descubierto en humanos, también era aplicable a perros.

En humanos, se cree que la respuesta hormonal durante episodios de excitación agradable actúa en el hipocampo y la amígdala lo que se traduce, entre otras cosas, en una mejoría de la memoria. El efecto se aplica concretamente sobre un tipo de memoria denominada declarativa, la que trabaja sobre los hechos y eventos.

El experimento

En el experimento dividieron en dos grupos de perros de la misma raza (labrador retriever) con el objeto de que la diferencia en la raza no afectara a los resultados finales. La edad de los individuos iba desde el año de edad hasta los 9 años. El nivel de entrenamiento previo de los perros también se tuvo en cuenta, y se distribuyeron en ambos grupos de manera uniforme.

La metodología aplicada fue la siguiente:

Cada perro tuvo una sesión de pre-adiestramiento en la que se le enseñó a acercarse al objeto. En las primeras etapas se colocó comida sobre el objeto y cuando el perro se acercaba se le permitía comérsela.

Durante la sesión de entrenamiento, se les enseñó a distinguir entre dos objetos y elegir el correcto colocando sus patas delanteras en un cuadrado de cartón sobre el cual se situaba el objeto. Si iban al correcto el investigador clickaba1 y le entregaba una recompensa. Si escogían el equivocado, el investigador usaba un marcador de ausencia de refuerzo2 (en este caso empleaba la palabra “mal” dicha con un tono neutro).

Perro tumbado con una pelota de tenis en la bocaLos objetos utilizados estaban fueron elegidos con el fin de que no fueran conocidos previamente por los perros (y así evitar un condicionamiento previo). Se utilizó una cesta azul con puntos blancos que contenía astillas de madera y una caja verde con rayas negras en la que había arena para gatos.

Los resultados muestran que los perros que jugaron inmediatamente después del aprendizaje necesitaron menos intentos en el ejercicio al día siguiente, comparado con los perros que descansaron inmediatamente después.

Los entrenamientos

Consistieron en sesiones de 10 ensayos hasta obtener el 80% de éxitos en sesiones consecutivas.

Dependiendo del grupo en el que se encontrar el perro, inmediatamente después del entrenamiento realizaba:

a) Un paseo de 10 minutos a un área cerrada donde tenía 10 minutos de sesión de juego (pelota/frisbi o tira y afloja) seguidos de otros 10 minutos de paseo.

b) Descanso en una cama mientras guía e investigador entablaban una conversación de 30 minutos. Mientras hablaban el investigador vigilaba al perro y decía su nombre para prevenir que se durmiera.

Al día siguiente los perros volvían a aprender la misma tarea.

Los perros del grupo de juego volvieron a aprender la discriminación mucho más rápido (26 ensayos con un promedio de 6 por perro) en comparación el grupo de descanso (43 ensayos, 19 de promedio).

Los investigadores tomaron medidas de la frecuencia cardíaca (diferían en las sesiones de juego y descanso, pero para lo demás eran similares). También hallaron que el cortisol salival era más bajo después de las sesiones de juego. Aquí una publicación de Julie Hecht (en inglés) sobre el cortisol salival.

El estudio no muestra el mecanismo por el cual la memoria mejora; se cree que está relacionado con las hormonas producidas durante la sesión de juego. Sin embargo, el juego también conllevó ejercicio, así que se necesita más investigación para confirmar si es el juego en sí mismo o el ejercicio lo que produce el efecto.

Los resultados

Los científicos escribieron:

Los resultados muestran que participar en actividades lúdicas durante 30 minutos después de aprender con éxito la tarea, mejoró el rendimiento de re-entrenamiento. Así lo demuestra la necesidad de menos ensayos para cumplir los criterios de la tarea 24 h después de la adquisición inicial. Esta diferencia significativa entre ambos grupos sugiere, además de que la intervención afecta a la memoria a largo plazo, que la excitación placentera pos-aprendizaje tiene efectos similares en la mejora de la memoria tanto en perros como en humanos.

 

Desde Anut somos conscientes que es un estudio muy básico (pocos individuos y una gran cantidad de variables). Sin embargo, nos parece interesante especialmente por el conocimiento previo que tenemos de su probada eficacia en humanos.

Puede ser interesante realizar una prueba con nuestros perros para ver si realmente notamos cambios.

Por supuesto, y como siempre decimos, todo entrenamiento y juego debe hacerse con cabeza, evitado sobreexcitar al perro o generar altas dosis de estrés.

La información para redactar este artículo a sido extraída de: companionanimalpsychology

1Hacemos referencia a que se utilizaba la herramienta de entrenamiento Clicker.

2 El marcador de ausencia de refuerzo es una técnica para informar al perro de que no está realizando lo que se le ha solicitado. Si bien en algunos casos puede ser útil, es muy fácil realizarlo de una forma inadecuada generando malestar en el perro. Por eso,no recomendamos su uso por personas con poca experiencia en adiestramiento canino.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_cta h2=”Encuentra nuevas formas de estimular a tu perro, ¡en casa!” add_button=”bottom” btn_title=”Quiero saber más” btn_color=”warning” btn_align=”center” btn_link=”url:https%3A%2F%2Fanut.es%2Fproducto%2Fenriquecimiento-ambiental-en-casa%2F|target:_blank”]Gracias al enriquecimiento ambiental puedes aumentar los tiempos de entretenimiento de tu perro y descubrir nuevas formas de jugar con él. Mejora vuestro vínculo a la vez que aumentas su calidad de vida aplicando sencillas técnicas adaptadas y específicas para vosotros.[/vc_cta][/vc_column][/vc_row]