Tenemos muy interiorizado que los perros y gatos de nuestras familias comen pienso, y punto. Confiamos en que sus fórmulas perfectamente equilibradas serán un pozo de salud infinita para nuestro peludo, incluso cuando tiene alguna patología. Nos puede resultar complicado pensar en opciones distintas porque, ¿cómo no confiar? ¡Tienen piensos específicos! Alergias, enfermedades del tracto urinario, obesidad, problemas articulares… No importa cuál sea el caso, existe un pienso con un nombre súper adecuado para lo que tú y tu perro necesitáis.
Pero cada vez es más frecuente encontrar perros con intolerancias y alergias, obesidad, insuficiencia renal y un larguísimo etcétera de enfermedades relacionadas con la alimentación. Por ello, también es creciente el número de guías y veterinarios que se informan y alimentan a sus perros con opciones diferentes al pienso, más saludables.
¿Qué alternativas al pienso existen?
¿Cada cuánto tiempo le das a tu perro un capricho? Una lata de comida húmeda, una pechuga de pollo que te ha sobrado, lamer el final de tu yogur… Si las “golosinas” que le das son las galletitas típicas de premio, como puedes ver aquí, tienen los mismos componentes que el pienso, así que al final… es más de lo mismo. Quizá tu veterinario es de esos de “debe comer únicamente pienso”; si llevas años siguiendo estas pautas, es normal que un día que el animal consigue llevarse algo diferente a la boca, sea un drama intestinal, y entonces te reafirmes en que “debe comer únicamente pienso”.
Pero, si nos paramos a pensar… ¿puede un mamífero alimentarse permanentemente de comida deshidratada y ultra procesada? ¿Podríamos vivir nosotros a base de barritas sustitutivas? Al mismo tiempo que la medicina nos insiste en la importancia de consumir alimentos frescos y huir de los procesados, la veterinaria defiende que otros mamíferos estarán sanos comiendo alimentos que no llegan al 10% de humedad. Y si empezamos a darle vueltas a eso y a asumir que la alimentación con pienso no es natural ni saludable, la pregunta es obvia: “¿qué le doy de comer?”.
Nota: es importante introducir cualquier alimento nuevo de forma PROGRESIVA, especialmente cuando el perro únicamente se ha alimentado de pienso hasta ahora, y NUNCA mezclar diferentes tipos de comida en la misma toma.
Piensos prensados en frío
En el prensado en frío, las temperaturas no sobrepasan los 75 grados. Conservan más cualidades nutricionales y, al contar con mayor proporción de humedad, el organismo los asimilarla mejor. Actualmente pocas marcas apuestan por este método, algunas de ellas son Lukullus, Markus Mühle, Alpha Spirit o Luposan.
Si hoy por hoy le damos a nuestro perro pienso extrusionado de gama media o alta, siempre será mejor opción pasarnos a un prensado en frío. Debemos tener en cuenta que el tiempo de transición a estos piensos debe ser superior al que hacemos ante un simple cambio de marca; un cambio demasiado rápido puede provocar diarreas importantes.
Comida enlatada
Tienen un 90% de humedad. Esto es una gran ventaja respecto al pienso, ya que se traduce en que el organismo del perro se “esforzará” menos para hacer la digestión, aliviando los riñones, páncreas e hígado, especialmente. Si existe alguna patología que afecte a esos órganos, es una buena manera de empezar a ayudarle: elimina el pienso de la dieta y empieza a alimentarle con latas de calidad, respetando las pautas para una buena transición.
El alto contenido de agua que incluye normalmente una lata, hace que las raciones diarias recomendadas sean mucho mayores que con el pienso. Para que nos hagamos una idea, elegimos un pienso y una lata de la misma marca, Wolf of Wilderness. Un perro de 20kg comerá 250g de pienso al día, mientras que la ración de comida enlatada irá de los 720 a los 985g diarios. Es un matiz importante a la hora de calcular nuestro presupuesto en alimentación.
En el mercado podemos encontrar infinidad de latas. Si queremos que nuestro perro se alimente únicamente con ellas, tendremos que fijarnos en que sean completas, (las que lo son, lo especifica siempre en la etiqueta). Si nos gusta mucho una marca que no cuenta con variedades completas, tendremos que ir combinando con otras que sí lo sean, con pienso o con alimentos que aporten la carencia de la lata que nosotros o el perro hayamos elegido.
Comida natural deshidratada
En España esta opción aún no está muy extendida. Básicamente, son ingredientes naturales, deshidratados, a los que antes de servir se les añade agua. Pero… ¿Deshidratado? Creerás que puede ser lo mismo que el pienso, pero no. La diferencia con los procesos a los que se somete el pienso (extrusión), es que esta deshidratación se realiza a baja temperatura, conservando mayor cantidad nutrientes y propiedades de los alimentos.
Los precios suelen ir de los 10 a los 12€ por kilo, y las raciones son más similares a las del pienso (alrededor de 200g diarios a un perro de 20kg). Ahora mismo, están lejos de ser una opción competitiva para economías ajustadas, pero el movimiento está cogiendo fuerza y, según vayan apareciendo empresas, esperemos que vayan mejorando las opciones disponibles. Si te lo puedes permitir y aún tienes dudas con la dieta casera, es de lo mejor que te puedes plantear.
Dieta BARF
La dieta BARF (Biologically Appropriate Raw Food) o ACBA en castellano (Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada) se basa en alimentar al perro con alimentos crudos, especialmente huesos carnosos. Desarrollada por Ian Billinghurst, veterinario australiano, desata acalorados debates entre contrarios y afines.
Entre sus contras más habituales: el miedo a los huesos y a la posible presencia de bacterias en la carne cruda. Ambas cuestiones son muy polémicas actualmente y, en futuras entradas, abordaremos cada una de ellas aclarando si estos miedos son o no fundados.
A favor: los alimentos completos crudos cuentan con todos los nutrientes intactos; en los piensos y latas se utilizan suplementos artificiales para “reponer” esos nutrientes perdidos por el tratamiento térmico y la necesidad de prolongar la vida útil del producto. Sabemos que tanto nuestro organismo como el de los perros, absorben mejor los nutrientes si estos son biodisponibles y provienen de fuentes orgánicas, mientras que pueden ocasionar (a la larga o si se abusa) problemas renales cuando son añadidos inorgánicos (artificiales).
Comida casera cocinada
Los reparos existentes alrededor de la dieta BARF llevan a algunos a buscar un camino intermedio, proporcionando a sus perros comida casera cocinada. Normalmente, en esta dieta no se incluyen huesos (¡sabemos que nunca deben darse cocinados!) y, al cocinar la carne, habremos eliminado todas las posibles bacterias. Los defensores férreos de BARF consideran que es “matar” el alimento y privarlo de gran parte de su valor nutricional pero, en nuestra opinión, si el miedo a BARF te hace seguir con el pienso, opta por la comida casera cocinada.
Como ves, hay muchas formas de alimentar de forma equilibrada a tu perro lejos de los piensos. Todo dependerá de tu tiempo, economía, espacio y… conocimiento. Puedes ampliar este punto leyendo sobre piensos grain free (si aún estás en la “fase pienso”) o contactar con nosotros si empiezas a decidirte por la comida natural.