El equipo que formamos ANUT, nos hemos ido uniendo alrededor de nuestra implicación en la Protección Animal. Creemos firmemente que todo ser vivo merece respeto y cuidado, y que nuestra labor debe ir más allá de una responsabilidad legal o profesional: es una misión que nace del profundo respeto y gratitud que sentimos por los animales. Esta convicción nos empuja a esforzarnos cada vez más por divulgar esta parte de nuestro trabajo diario, con el fin de alcanzar una sociedad más empática y compasiva. Por eso abrimos esta serie de entradas, donde te iremos contando las acciones que llevamos a cabo con protectoras y ayuntamientos para garantizar los derechos y el bienestar de todos los animales, incluyendo los que viven en la calle.

Protección Animal: Definición y Alcance

Pero antes de entrar en materia, sabes que nos gusta ponernos técnicos… ¿Qué entendemos por protección animal? Aunque este término empezó siendo utilizado para especies en peligro de extinción, actualmente se entiende como el conjunto de medidas y políticas destinadas a prevenir el maltrato, el abandono y la explotación animal. La protección animal va más allá de asegurar que los animales tengan acceso a necesidades básicas, abarcando también la promoción de una relación ética y respetuosa entre humanos y el resto de animales. Este enfoque integral abarca la creación y aplicación de leyes, la promoción de la educación en el respeto hacia los animales y la implementación de programas de rescate y rehabilitación.

Bienestar Animal vs. Protección Animal

Es importante diferenciar entre protección animal y bienestar animal. El bienestar animal se centra en las condiciones de vida de los animales, incluyendo los que viven en cautividad o los que habitan en nuestras calles (como las colonias felinas), asegurando que tengan acceso a comida, agua, refugio, atención veterinaria y la posibilidad de expresar sus comportamientos naturales. La protección animal, sin embargo, incluye estos aspectos pero también aborda la prevención del maltrato, el abandono y la explotación. Mientras que el bienestar animal se enfoca en la calidad de vida, la protección animal abarca un espectro más amplio que incluye aspectos legales y preventivos.

La Dimensión Humana y Emocional de la Protección Animal

Dedicarse a la protección animal es una labor que va más allá del cumplimiento de normas y regulaciones. Implica una conexión emocional profunda y una dedicación que, en nuestro caso, trascendió lo personal para convertirse en profesional. Las personas involucradas tenemos una sensibilidad especial hacia el sufrimiento animal y encontramos en este trabajo una fuente de satisfacción al ver la transformación y recuperación de los animales rescatados.

Cada rescate, cada animal rehabilitado o adoptado, es una historia que nos da fuerzas para seguir. Pero, aunque sea profundamente gratificante, conlleva desafíos emocionales significativos. Enfrentarse constantemente con el sufrimiento, el abandono y el maltrato, afecta a nuestra salud tanto mental como física. Es crucial reconocer estos riesgos y cuidarnos a nosotras mismas. Priorizar nuestra salud nos permite continuar dando lo mejor de nosotras a los animales que ayudamos, asegurando que podemos seguir siendo efectivas y compasivas en esta labor.

¿Qué hacemos en nuestro día a día?

Aunque la mayor parte de las actividades que desarrollamos son competencias municipales, la falta de medios y formación de los ayuntamientos hacen que particulares y asociaciones debamos asumir sus responsabilidades para garantizar la efectiva implementación de medidas de protección animal. Estas responsabilidades aseguran que los animales reciban el cuidado y la protección necesarios. Entre las principales esas competencias municipales que asumimos las voluntarias se encuentran:

  1. La recogida de animales abandonados o perdidos: los ayuntamientos deben contar con servicios de recogida y atención veterinaria para animales abandonados o perdidos, funcionando las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
  2. La gestión ética de las Colonias Felinas mediante el método C.E.R. (Captura, Esterilización y Retorno), esencial para controlar la población de gatos callejeros de manera humanitaria y poner fin a décadas de conflictos vecinales y estigmatización de las alimentadoras.
  3. Campañas de concienciación: charlas, talleres y actividades educativas para promover la convivencia responsable con animales y concienciar sobre la importancia del respeto a la fauna y al medio ambiente.
  4. Colaboración con asociaciones protectoras locales: aunque no tienen la obligación de hacerlo, son las asociaciones que gestionan los refugios las que realmente pagan las consecuencias de que España sea líder europea en abandono. Trabajamos con ellas en todo lo que podemos, desde ayudar a sus perros a que superen su triste pasado, hasta recoger material y donativos, pasando por la difusión de casos o la organización de eventos solidarios.
  5. Aplicación de Normativa: colaboramos estrechamente con ayuntamientos y otras administraciones públicas para asesorarles en el cumplimiento de las leyes de bienestar animal. Ayudamos a adaptar sus ordenanzas municipales, formar al voluntariado local y llevar a cabo diversas medidas para sensibilizar a la población. Estas iniciativas fomentan la convivencia responsable y combaten el maltrato y el abandono animal, promoviendo una comunidad más justa y compasiva.

Conclusión

En ANUT creemos que garantizar el bienestar animal es el reflejo de un pueblo realmente humano y avanzado. La protección animal no solo beneficia a los animales, sino que también construye una sociedad más respetuosa. Únete a nuestra causa: a través del voluntariado, la adopción responsable o difundiendo la importancia del respeto hacia todos los seres vivos; sólo necesitas empatía y ganas de aprender. Juntos, podemos hacer una diferencia significativa en la vida de los animales y en la nuestra.

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