En este artículo queremos hablar de uno de los problemas más comunes a los que se enfrentan nuestros compañeros en la actualidad, el miedo a los ruidos fuertes y, más concretamente, a los petardos. Además, os daremos unas pautas para el miedo de los perros a los petardos.
Antes de hablar sobre cómo podemos ayudar a los perros a sobrellevarlo, profundicemos en el por qué de ese miedo.
¿Por qué mi perro tiene miedo a petardos?
No todos los perros muestran este temor. La respuesta podemos encontrarla en una predisposición genética (razas de caza fueron seleccionadas, entre otras cosas, para no sentir miedo a los disparos), en un buen trabajo cuando era cachorro o simplemente, porque el perro en cuestión es más seguro de si mismo.
Podemos entender que en general este miedo tiene una razón adaptativa, es decir, simplemente de supervivencia. Sin embargo, los petardos tienen tres características que los convierten en un verdadero problema para los perros: Son impredecibles, son intermitentes y su intensidad es alta. esto hace que el miedo se convierta en fobia. Esto pasa cuando la respuesta que da el perro empieza a ser desproporcionada (ya sea en duración y/o en intensidad) lo que hace que el mecanismo de supervivencia se convierta en un problema para esta. Una de las características de las fobias es que si no se trabajan, se incrementan progresivamente.
¿Qué ocurre a nivel físico?
Durante el tiempo que dura el episodio se produce una subida de epinefrina (adrenalina) y un aumento de las hormonas relacionadas con el estrés. Esto ha sido comprobado a través de un estudio en el que se demuestra como el sonido del petardo conlleva un aumento del cortisol en el organismo así como un desequilibrio nervioso. Esto puede desencadenar problemas graves tanto en el momento (fallo cardíaco) como a largo plazo (el mantenimiento de niveles altos de cortisol en el organismo es dañino).
Además de todo esto no hay que olvidar las lesiones generadas por los episodios de pánico: Perros que saltan de balcones, que rompen ventanas, que intentan atravesar puertas o paredes, etc.
Bien, y ¿qué hago si mi perro tiene miedo a petardos?
Para el tratamiento hay que fijarse en el momento en el que estamos:
a) Época de petardos
b) Fuera de época de petardos
Esto es importante porque si ya estamos en una época de petardos (por ejemplo las navidades) no merece la pena trabajar una de-sensibilización, ya que seguramente ocurrirá un imprevisto que nos estropeará el trabajo realizado. Por lo tanto, durante la época conflictiva nuestros esfuerzos deben dirigirse a prevenir y paliar los episodios de miedo.
Si ya estamos inmersos en la época conflictiva
Como hemos dicho anteriormente nuestros esfuerzos deben ir dirigidos a prevenir por un lado y por otro a minimizar los efectos de los petardos.
Prevención
Evitar dejar solo al perro durante los periodos de mayor intensidad. Por ejemplo, se suelen tirar más petardos hacia el atardecer o cuando los niños salen del colegio. Si podemos estar en casa con la perra le ayudará a sobrellevar mejor la situación.
Programar los paseos en función de los horarios y los lugares más conflictivos. Paseos largos y relajantes a primera hora de la mañana, alejarse a espacios naturales donde el ruido sea mucho menor, etc.
Usar terapias naturales. Existen diferentes terapias que nos pueden ayudar, pero siempre supervisados por un profesional. Por ejemplo, la esencia de lavanda suele ayudar a los perros a calmarse… pero ojo, no a todos les gusta. También existe la técnica de masajes y vendajes Tellington TTouch1, que suelen ayudar a los perros a relajarse. Existen multitud de terapias pero usadas sin la supervisión de una persona experimentada pueden incluso agravar el problema.
Adaptil Express Comprimidos. Estos comprimidos nada tienen que ver con los collares o sprays de feromonas que llevan el mismo nombre y que, desde nuestra experiencia, poco efecto tienen en perros. Estas pastillas llevan componentes naturales que ayudan a relajarse. Deben ser suministradas dos horas antes de que empiecen a sonar los petardos en la cantidad que recomiende el prospecto. No es un medicamento por lo que se puede encontrar en numerosas tiendas de complementos para animales.
Aislar acústicamente los puntos más sensibles. Bajar las persianas, correr las cortinas, poner planchas de cartón en los puntos por donde más ruido entrar, aislarse en un lugar sin ventanas a la calle… todo lo que sea amortiguar el sonido ayudará.
Tapar el ruido. Poner música relajante, la radio, la TV… nos puede ayudar a tapar el ruido que genera el miedo. En cuanto a la música, si previamente hemos condicionado una canción, puede ayudar el doble.
Mantener una actitud relajada. Los perros son grandes observadores de nuestro comportamiento por lo que mostrarnos alterados o nerviosos puede intranquilizarlos y contribuir a su desasosiego. Muestra una actitud segura y tranquila. Si tu perro, en un momento de miedo, requiere tu compañía, dásela. Acariciale suavemente, de una forma calmada, sin dar mayor importancia a la situación pero sin dejarle a su suerte. Son muchos los que recomiendan ignorar al perro porque lo contrario sería “reforzar ese miedo”. Sin embargo, desde Anut creemos que las emociones no se refuerzan. Por otro lado, en una situación de miedo, negar al perro tu seguridad es atacar directamente al vínculo. En caso de que no requiera tu ayuda, no le fuerces. Puedes situarte cerca suya simplemente. Cada perro es un mundo y cada uno tiene unas necesidades específicas, entiende las de tu perro.
Crear un lugar seguro. Dotar de un lugar de seguridad al perro es una gran herramienta para múltiples situaciones (miedo a ruidos, niños que no saben interactuar correctamente en casa, perros de diferentes niveles de energía, etc.). Generalmente el perro que ya ha pasado por una situación de miedo a ruidos ya ha elegido un lugar seguro (suele ser un espacio alejado de ventanas y puntos sensibles, muy frecuentemente el baño). En ese caso es recomendable trabajar en ese lugar. Si por ejemplo ha elegido una mesa podremos convertir esa mesa en un fortín, utilizando cajas de cartón, mantas y otros aislantes acústicos, colocar su cama dentro, dejar juguetes relajantes… Para ayudar a condicionar el lugar como espacio de seguridad tenemos que crear buenas asociaciones: dar masajes (siempre que al perro le guste), dejar juegos de olfato, juguetes relajantes, etc. En caso de que el perro no tenga un lugar seguro una buena herramienta es el transportín, pero siempre trabajando de una forma correcta, como un espacio de seguridad y no un lugar de encierro2. El perro siempre debe tener libre acceso a la zona, nunca obligarle a estar en ella.
Premios de larga duración. Depende de lo comilón que sea el perro y de los niveles de miedo que tenga, algún premio de larga duración, tipo hueso recreativo, puede ayudarnos. Siempre colocado en su lugar seguro y siempre vigilantes de que no lo engulla demasiado rápido motivado por el miedo y el estrés.
Evitar factores de estrés. El estrés es acumulativo y bastante tiene el perro durante la etapa conflictiva. Piensa en que factores lo disparan en tu compañero y evítalos. Ya sabes, si tu perro nunca ha ido en canoa, igual no es el mejor momento para hacerlo pro primera vez.
Juegos de olfato. Los juegos de olfato son una gran aliado para la reducción de estrés en perros. No solo les entretiene, pone a trabajar alrededor del 70 % del cerebro, actúa en complejos mecanismos que llevan al perro a un gran estado de relajación. Varios juegos de olfato al día ayudarán a sobrellevar la situación. A no ser que el miedo de tu perro no sea muy agudo, los juegos de olfato siempre en momentos en los que no esté actuando el sonido conflictivo.
Si ya hemos pasado la época conflictiva
Es el momento de empezar a trabajar con tu perro con el objetivo de eliminar ese miedo de su vida. Para ello se debe realizar un programa de desensibilización sistemática. Es imprescindible recurrir a un profesional que te asesore y cree unas pautas de trabajo específicas para tu perro. Estas pautas no deben focalizarse simplemente en el miedo a los petardos. En Anut tenemos una visión global del perro; trabajar un aspecto específico puede ser en muchos casos insuficiente.
A la vez que trabajamos ese miedo específico, habrá que ver si hay otros focos. Habrá que trabajar el estrés, valorar las necesidades etológicas de tu compañero. En resumen, ver todo aquello en vuestra vida que puede mejorar para que tu perro sea un individuo más equilibrado y más seguro de si mismo, lo que sin duda le ayudará a superar de una forma más rápida y estable su miedo a los petardos.
Por último desde Anut creemos que entre todos los que respetamos y apreciamos al resto de animales con los que convivimos debemos luchar por concienciar sobre las terribles consecuencias del uso de los petardos y fuegos artificiales. Todo lo que hemos explicado sobre los perros puede ampliarse a los animales salvajes con los que compartimos planeta. E incluso los tan de moda fuegos artificiales silenciosos, pueden resultar fatales para aves y murciélagos.
1 El método Tellington Ttouch tiene como objetivo estimular el funcionamiento y vitalidad de las células en el cuerpo del animal y activar las vías neuronales del cerebro que no se utilizan normalmente. Puedes encontrar muchas más información en su web.
2 Desde Anut recomendamos encarecidamente consultar a un profesional de la educación canina que trabaje en en positivo o desde el respeto. Un transportín puede ser una gran herramienta para el día a día en la vida de una perra, puede convertirse en un lugar maravilloso. Sin embargo, condicionado de una forma incorrecta el transportín puede agravar problemas existentes o generar otros nuevos.