La ansiedad por separación en perros es un problema que ha aumentando notablemente en indecencia a raíz del desconfinamiento tras la pandemia del coronavirus. Por aquel entonces, numerosos guías nos llamaban buscando ayuda porque no podían dejar solos en casa a sus perros: ladraban, aullaban, orinaba o destruían cosas… Sin embargo, aunque entonces alcanzó una mayor visibilidad, siempre ha sido uno de los problemas de consulta más habitual. Con este artículo quiero ayudarte a entender las claves de la ansiedad por separación canina.

¿Qué es la ansiedad por separación en perros?

Bueno, pues en realidad es simplemente una etiqueta. Algo que nos permite “catalogar” un problema dentro de unos marcos generales. Nos facilita a los humanos entendernos. Pero, si fuéramos estrictos, deberíamos hablar de conductas y situaciones muy específicas, no generales. Cada perro es un mundo y las situaciones que vive y cómo las vive, dependerán de factores específico de ese individuo. Digamos que cada perro con ansiedad por separación tiene su “propia ansiedad por separación”. Pero como el objetivo de este artículo no es rizar más el rizo, vamos a dar una definición genérica que puede ayudarnos a los humanos a entender un poco este concepto: englobamos en ansiedad por separación canina una serie de trastornos que sufre el perro cuando se queda sólo. El perro, al quedarse sólo, o prever que va a hacerlo, comienza a sufrir un pico de estrés de intensidad variable.

Cuando formamos a profesionales en nuestro curso de educador canino profesional, es uno de los problemas sobre el que nos detenemos más tiempo. Esto es porque somos conscientes de toda su complejidad.

¿Por qué la ansiedad por separación es un problema tan complejo?

Hay varios factores que inciden sobre esto:

No hay una ansiedad por separación única

Como mencionaba antes, cada perro es un mundo. Es cierto que podemos hablar de diversos orígenes y diferentes “tipos”, pero son etiquetas globales. Con cada perro deberemos desarrollar una estrategia específica que se adapte a su entorno, sus rutinas, las posibilidades de trabajo de sus guías… Como pasa a menudo en la educación canina, no hay varitas mágicas.

Es muy frustrante

Realmente, cuando un perro sufre ansiedad por separación, el estado emocional que se dispara al quedarse sólo en casa, es de una angustia muy alta. Se activan respuestas de supervivencia. Es decir, para el perro, el reunirse de nuevo con su grupo social es una cuestión de vida o muerte. He encontrado casos de perros que han llegado a atravesar tabiques o lanzarse por ventanas (atravesando el cristal).

Por otro lado, la progresión inicial en el tratamiento, habitualmente es lenta. Esto genera una sensación en sus guías de no avanzar. Por esto es tan importante tener claro al principio del tratamiento como va a ser el proceso. Los guías deben estar completamente concienciados y, si después resulta que los avances se producen más rápido de lo esperado, bienvenido sea.

Lo ideal: que el perro no se quede sólo durante el tratamiento

Si estamos trabajando en una ansiedad por separación canina, cada vez que el perro se quede sólo en casa y se dispare dicha ansiedad, estaremos retrocediendo pasos. Existen estrategias como la “señal segura” que nos permiten paliar algo estos efectos, pero el tratamiento nunca será tan eficiente como si el perro no tuviera que quedarse sólo más allá de las salidas programadas. En algunas ocasiones se podrá contar con una guardería canina o un amigo o familiar que se quede con el perro en los periodos de ausencia pero, por desgracia, en la mayoría de los casos, el perro debe quedarse sólo en un momento u otro.

Tiempo de resolución

Esta es una de las preguntas que suelen hacernos cuando contactan para requerir nuestros servicios de educación canina. ¿Cuánto tarda en resolverse el problema? Es una pregunta para la que no hay respuesta. Hemos tenido casos que se han resuelto en uno o dos meses, pero suelen ser la minoría. Y hemos tenido otros casos en los que hemos estado trabajando durante más de un año. Vuelvo a repetir, cada perro es un mundo y cada persona tiene más o menos tiempo para trabajar con su perro.

El estrés y la ansiedad por separación

El estrés no es malo o bueno en sí. Sin estrés, no tendríamos la capacidad de esquivar un coche que se abalanza sobre nosotros. Sin embargo, si el estrés se produce en una situación en la que no debiera o se mantiene en el tiempo, puede tener consecuencias nefastas para el perro, tanto a nivel de comportamiento como de salud. Y esto es justo lo que ocurre en un perro que sufre de ansiedad por separación y que tiene que quedarse sólo sí o sí. Cada vez que el perro se queda sólo (o cree que va a quedarse sólo en casa) se produce una producción de cortisol, la hormona del estrés, en el organismo. Este cortisol no se reduce de forma automática cuando el perro deja de estar sólo, si no que lo hace de una forma progresiva. Dependerá de cada individuo y de cómo sea su vida, cuánto tarde en bajar. El problema es que si se producen situaciones de ansiedad por separación en días consecutivos los nuevos picos pueden sobreponerse sobre los anteriores, es decir, el cortisol no llega a reducirse como debiera, produciéndose una situación de estrés crónico.

Entre otras consecuencias, el estrés crónico afecta muy negativamente sobre la capacidad de aprendizaje del perro, lo que influye directamente sobre el tratamiento que el educador canino debe realizar. Es por esto que siempre en casos de ansiedad por separación debe aplicarse una terapia de reducción de estrés.

Perro con ansiedad por separación

Posibles causas de la ansiedad por separación canina

Si bien cada perro es un mundo, el gran número de casos encontrados en los cuales el origen del problema es el mismo, nos permite enumerar estas causas:

  • Episodio traumático: mientras el perro estaba sólo en casa se produjo un evento que generó un trauma en el perro. Este evento se asoció a quedarse sólo. Casos típicos son el estallido de petardos o unas obras en otro piso del edificio que asustaron al perro. En este caso es muy posible que además del tratamiento en sí de la ansiedad por separación haya que trabajar aquello que fue el desencadenante inicial.
  • Periodos prolongados sin separación: se trata de una de las causas más habituales. Vacaciones, paros laborales, bajas… tras pasar todo el día juntos de la noche a la mañana pasa a quedarse sólo durante toda la jornada laboral… Por eso siempre recomiendo en esos periodos dejar sólo al perro aunque no sea necesario.
  • No enseñarle a quedarse sólo de cachorro: el perro es un animal gregario. Separase de su grupo social no es natural. Por esto es tan importante cuando el perro es cachorro, acostumbrarle de una forma progresiva y que lo asocie a momentos de calma (y a poder ser, a estímulos que para él son positivos).
  • Tras una adopción: muchas veces nos olvidamos de todo el esfuerzo que hacen los perros por nosotros. Cuando un perro llega a un nuevo hogar, está en un entorno desconocido donde sus únicos referentes de seguridad son los adoptantes. Nuevamente, deberemos ayudarle a acostumbrarse a quedarse sólo, convirtiendo la casa en un espacio de seguridad.

¿Mi perro sufre ansiedad por separación? Algunos síntomas

Los hay más y menos evidentes. También a veces se presentan de forma singular pero lo más habitual es que se produzca una combinación de varios. Aquí exponemos algunos, no todos. También debemos tener en cuenta que qué el perro muestre alguna de estas conductas o síntomas, no tiene por que significar necesariamente que esté sufriendo ansiedad por separación. Siempre recomendamos la valoración de un profesional.

  • Vocalizaciones: si el perro, al quedarse sólo, comienza a ladrar es posible que simplemente no le guste quedarse sólo y esté llamando a su humano. Sin embargo si este ladrido se mantiene durante mucho tiempo, o aparece y desaparece a lo largo del periodo de soledad, debemos empezar a preocuparnos. Sin embargo, la vocalización más frecuentemente asociada a la ansiedad por separación es el aullido, que tiene un claro objetivo de llamamiento a la reunificación del grupo social.
  • No comer, no beber: no se puede arrojar un diagnóstico concluyente con este dato. Muchos perros pueden no comer o beber simplemente porque no les apetezca. Sin embargo, podemos realizar una prueba muy sencilla: Dejar un trozo de comida realmente apetitosa, algo por lo que sabemos que el perro siente pasión… si nos vamos, y a la vuelta sigue intacto, deberemos valorar en busca de más síntomas.
  • Destructividad: es otro de los síntomas más habituales. Cuando los guías llegan a casa se encuentran destrozos. Sin embargo, puede tratarse también de una “destructividad por aburrimiento”, debemos buscar más síntomas. Si el perro muestra señales de estrés, es muy posible que sea ansiedad por separación.
  • Heces y orines: están íntimamente relacionados con los picos de estrés que se producen en la ansiedad por separación canina. Cuando un perro detona ansiedad por separación se activan los mecanismos de supervivencia. Esto hace que se produzcan micciones y eliminaciones de heces de forma bastante inmediata. Además, el estrés puede generar exceso de micciones.
  • Deambulación: algunos perros pueden moverse por toda la casa, sin prácticamente descanso, durante el periodo de soledad. Esto puede ser porque están buscando una salida o simplemente como un mecanismo interno para combatir el alto grado de estrés.
  • Inmovilidad: no son los casos más típicos, pero existen. Perros que durante el periodo de aislamiento social se quedan completamente quietos. Suelen ser los casos más difíciles de diagnosticar pues no hay evidencias claras para que a los guías les salten las alarmas. Estos casos suelen descubrirse al visualizar grabaciones del perro quedándose sólo en casa.
  • Desperfectos en la puerta: es muy habitual en casos de ansiedad por separación canina que encontremos puertas rayadas porque el perro ha estado rascando. También marcos de la puerta mordisqueados. Algo menos evidente pero que suele aparecer en estos casos son manchas de humedad en la base de la puerta, esto es porque el perro finalmente se queda tumbado con el hocico pegado a ella durante horas.
  • Afonía: algunos perros de tanto ladrar muestran una especie de ladrido afónico.
  • Manchas de babas: frecuentemente los picos de estrés generan salivación excesiva. Es frecuente en casos de ansiedad por separación encontrar la superficie donde ha estado el perro mojada por las babas. También podemos encontrar las patas húmedas, lamerse es un mecanismo para intentar calmarse.

Estas son algunas señales de que el perro puede sufrir ansiedad por separación. En caso de duda siempre recomendamos pedir el consejo de un profesional de la educación canina.

Perro de la raza dálmata mostrando comportamientos relacionados con la ansiedad por separación.

Vale mi perro tiene ansiedad por separación canina ¿Qué hago?

Pues la respuesta es simple, acudir a un profesional. El trabajo de este problema es complejo y requiere de amplios conocimientos de comportamiento canino y del problema en sí. Además, habrá que adecuar la terapia al individuo en concreto. Algunos puntos típicos en las terapias suelen ser:

  • Desensibilización de las señales precursoras: hay un conjunto de señales que indican al perro que se va a quedar sólo y que hacen detonar la ansiedad por separación. Coger las llaves, calzarse, ponerse la cazadora son señales típicas. Pero durante estos años hemos encontrado otras más sutiles como echarse un perfume, el sonido del despertador o ir al baño a una hora determinada. Estas señales hacen que el estrés en el perro se dispare. Sin eliminarlas de la ecuación, el proceso de trabajo será incompleto y poco eficiente.
  • Salidas programadas: se trata de realizar salidas con una estructura determinada, con tiempos concretos y una planificación con el objetivo de que la ansiedad por separación no llegue a detonar. Es decir, el perro tiene que poder gestionar emocionalmente la situación. En muchas ocasiones, las salidas programadas no se inician hasta tiempo después de comenzar la terapia. Es una máxima que el perro no puede pasarlo mal durante estos ejercicios, si es el caso, hay algo mal hecho. Al principio, hablamos de salidas de un segundo o menos e irán incrementando de forma progresiva. Esto es una descripción generalista, este ejercicio tiene más complejidades y debe ser diseñado por un profesional que conozca la metodología.
  • Terapia de reducción de estrés: es un comodín que se usa en muchas ocasiones en el trabajo con perros. En este caso, para que el perro pueda aprender de forma eficaz, debemos reducir todo ese estrés acumulado durante el tiempo que el perro ha sufrido la ansiedad por separación. Para eso deben hacerse variaciones en el día a día del perro: paseos, rutinas, juegos, etc.
  • Terapias complementarias: en algunos casos hemos notado que el uso de CBD (extracto de cáñamo) ha contribuido a la evolución del perro, ayudándole a estar más relajado y favoreciendo el proceso de aprendizaje. Este complemente debe ser pautado por una persona experta, en este caso, contamos con el asesoramiento de The Hempy Dog Company donde puede adquirirse el extracto de cáñamo.

A la hora de elegir un profesional, te recomendamos encarecidamente que busques alguien con dilatada experiencia, que esté actualizado, trabaje de forma amable y conozca bien la ansiedad por separación. Huye si:

  • Pretende solucionar el problema con jaulas o trasportines, obligando al perro a quedarse ahí durante los periodos de soledad.
  • Te dice que hay que ponerle un collar eléctrico (o de impulsos) o uno anti-ladridos.
  • Utiliza algún tipo de castigo y/o aversivo.
  • Te dice que le dejes del tirón, pasándolo mal, breves periodos de tiempo… que ya se acostumbrará.

Una reflexión sobre la ansiedad por separación en perros

Entendemos lo difícil y frustrante que es. Tras una de nuestras mudanza, a pesar de haber hecho toda usa serie de protocolos, de haber realizado todo paso a paso, Grok comenzó a sufrir ansiedad por separación. ¡No me lo podía creer! ¡Pero si lo habíamos hecho todo bien! Bueno, a veces las cosas simplemente pasan. Grok sufría un ansiedad aguda, su objetivo era hacer un butrón en la puerta para salir. Y nuestra vida dio un vuelco, de pronto había que organizarlo todo para no dejarle nunca sólo en casa. Por eso te digo que si tu perro tiene ansiedad por separación sé perfectamente lo que sientes. En nuestro caso, tras un año de trabajo, Grok pudo por fin quedarse sólo en casa.

Pero hay algo que quiero dejar meridianamente claro: el perro no tiene la culpa. De hecho, en la mayoría de los casos nadie la tiene. Entiendo la ansiedad y frustración que puede generar en las personas, entiendo como puede complicarnos la vida… entiendo lo duro que puede ser. Pero es muchísimo más duro para tu perro. Para tu perro tu eres su referente en esta vida, eres su isla de seguridad, su grupo social, su familia. Lo natural para tu perro es estar a tu lado, día y noche. Lo mal que nos sintamos nosotros o lo que pueda frustrarnos no puede equipararse con lo que siente el perro. Simplemente para un perro con ansiedad por separación, el hecho de quedarse sólo es el fin. Necesita estar acompañado. No es un capricho, es supervivencia.

¿Podemos ayudarte desde Anut Educación Canina?

Depende del caso. En la mayoría las ansiedades por separación en perros el trabajo online es muy eficaz. Tras una entrevista extensa donde obtenemos toda la información necesaria sobre el perro y su vida establecemos un plan de trabajo con un seguimiento mediante vídeos grabados y sesiones en directo. Si requerimos de una gran implicación por tu parte pero bueno, si no fuera así no creo que estuvieras leyendo este artículo. Puedes consultarnos en info@anut.es o en el teléfono 697322727 para saber más sobre nuestro servicio de ansiedad por separación en perros.