Los perros salvajes africanos tienen vestigios de un primer dedo y adaptaciones anatómicas acordes a una vida de predación a larga distancia.

El perro salvaje africano destaca por su “depredación exhaustiva”: enPerros salvajes africanos lugar de cazar haciendo uso de la velocidad, la fuerza o el sigilo, utilizan el agotamiento. Otro detalle que diferencia a estos perros es el tener sólo 4 dígitos en sus patas delanteras. Este perro africano al que se refieren (Lycaon Pictus), también conocido como “perro de caza del Cabo”, es autóctono del sur y este del continente. Actualmente está en peligro de extinción.

Poseen un comportamiento de caza sofisticado y coordinado. Suelen cazar de forma colaborativa en manadas y comunican su “voto” a través de un estornudo. Tienen un modo de vida nómada, en manadas que viajan hasta 50 km por día y áreas geográficas muy extensas (560 a 3000 km²). Se diferencian de otro tipo de cánidos en la ausencia de un primer dedo completamente formado (tetradactilia), que puede permitir una mayor longitud y velocidad de zancada, facilitando la persecución de presas a larga distancia.

Nuevos hallazgos del perro salvaje africano

Este estudio anatómico reciente descubrió el vestigio de un primer metacarpo bajo la piel. Es decir, no son tetradáctilos como se pensaba originalmente. Esto da lugar a la reconfiguración de algunos músculos de Perro salvaje africano corriendolas extremidades anteriores, asociados a funciones propioceptivas. Los autores también descubrieron un ligamento robusto en la muñeca, que actuando como puntal, capacita al animal a la flexión y el rebote del antepié. Es decir, facilita la propulsión y empuje de la pata delantera, ayudando a mantener la resistencia en la carrera y un menor agotamiento. Asimismo, en las extremidades anteriores se han descubierto otras adaptaciones musculares a esta resistencia en carrera de larga distancia: unos gruesos ligamentos uniendo cúbito y radio, además de unos reducidos músculos rotatorios de la muñeca, que proporcionan una mayor estabilidad. También varios músculos asociados a la estabilidad articular, elasticidad y almacenamiento de energía durante el movimiento.

De acuerdo con los autores, este estudio demuestra los múltiples mecanismos adaptativos para la resistencia en la carrera: reconfiguración de músculos, ligamentos e incluso huesos de las extremidades anteriores, facilitando un modo de vida tan extremo y precipitado.